lunes, 21 de abril de 2008

Relatos: La leyenda del Fénix

Tras las alabanzas de mi prima por mi arte de escribir, he recordado unos viejos relatos que tenia en otra web y he decidido que tal vez os gusten, así que aquí os los dejo plasmados.

Son solo 3, este es el primero, espero que os guste y poder leer vuestros comentarios.

LA LEYENDA DEL FÉNIX


En el punto exacto en el que la realidad se confunde con la fantasía, y el tiempo no es mas que una palabra, allí es donde comienza nuestra leyenda.

Hace muchos años, en una pequeña aldea de un pueblo perdido en medio de las extensas llanuras de Europa, nació un niño. Más no era normal aquel niño.
Sus ojos marrones como la tierra, y su pelo negro como la noche, le concedieron un don especial.
Ese don era bello, pero sin embargo cruel, y muy pesado para un simple mortal. El don consistía en la sencillez de ser distinto.

Creció, aunque con la diferencia de ser distinto. Su cuerpo era feo, y su fealdad le obligo a madurar. Cada vez que miraba al cielo, veía a la luna, y esta le consolaba, diciéndole que le diera tiempo al tiempo.

Sin embargo los años pasaban y él seguía creciendo, tanto por dentro como por fuera.

Pronto todo el mundo le había dejado de lado. Sin amigos y sin familia, decidió luchar, luchar por ser igual.

Lo intento todo, desde cambiar sus gustos, hasta deshacerse de sus sentimientos. Esto ultimo era lo más difícil de todo.

Él ideo un método, cuando sentía algo, dejaba que ese algo le consumiera por dentro, así hasta casi llegar a la muerte, y luego renacía, como si de un dios se tratase.

Pero, aun así, le seguían dejando de lado, así que lo dejo por imposible, y una noche, se dejo morir. Su corazón se volvió frío y duro, cual piedra. Su alma murió, y se escondió. Si alguien le hubiera podido mirar por dentro, habrían visto que estaba escondido en un pequeño rincón de su cuerpo. Allí oculto, entre tinieblas, intento sobrevivir, pero no podía. Ya no tenia ganas de vivir, no tenia esperanza, no tenia ilusión, no tenia amistad, ni familia y lo peor de todo: ya no tenia, ni sentía el amor.
Se volvió oscuro, se escondió y se marcho. Y ya nunca se le volvió a ver.

La leyenda cuenta que la tierra y la noche le castigaron de un modo muy especial: le convirtieron en un pájaro eterno. Así cada vez que moría, renacía. Esa fue la peor de las condenas, ya que, ¿para qué se puede querer la eternidad, si no se tiene con quien compartirla?.
Pero, ¿por qué de fuego?. Esa duda asalto a la noche, la cual se lo pregunto a la tierra.
Esta ultima la respondió que ese era el fuego de la vida, la cual el no había aprovechado.

Ellas le miraban, y con pena le condenaban. Desde entonces, vivió eternamente, muriendo y naciendo, no pudiendo vivir la vida, porque los dones que recibió le condenaron a la eterna soledad.

Desde aquel momento, cada vez que nacía un niño, se le tapan los ojos, para que no viera al fénix volar, y así no fuera condenado a la eterna soledad.

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